Sunday, July 20, 2014

La Gratitud y la Bondad de Dios

La Gratitud y la Bondad de Dios*


Otro de los atributos de Dios que nos mueven a la gratitud es su bondad.  Dios es bueno en un sentido perfecto.  Nunca deja de ser bueno y en su bondad nunca hay ninguna sombra de imperfección. 
Para el ser humano que es bueno, su bondad en tantas ocasiones se ve contaminada por motivos que corrompen es bondad.  ¿En cuántas ocasiones no es cierto que una persona se muestre buena con un fin egoísta?  Se muestra como persona buena porque desea que los que le rodean y que le conocen lo quieran.  En el fondo de su bondad hay una semilla de egoísmo.  No es una persona buena porque desea el bien de otros, aun cuando esto pudiera ser parte de su motivación, sino que es buena por su propio bien.  Hay otras que son buenas porque buscan compensar con su bondad algún otro defecto en su persona o para reparar algún mal que hayan hecho.  Hablamos de personas como las que con su caridad buscan ajustar las balanzas de su pecado ante Dios o como las personas que para justificar algo de lo cual les remuerde la consciencia buscan apaciguarla haciendo a otros algún bien.
Dios como ser bueno no es así.  No hay ningún egoísmo ni falsedad en su persona.  Cuando hace el bien parte de un corazón que solo busca hacer el bien por hacer el bien, porque es parte de su naturaleza.  Su bondad siempre va dirigida en un cien por ciento hacia el objeto de su bondad.
Es por eso que el salmista nos insta agradecer a Dios porque Él es bueno.  En Salmo 106:1, 107:1, 118:1, 29 y 136:1 y en I Crónicas 16:34 se nos dice que debemos dar gracias a Dios porque él es bueno. 
Una vez más en la Reina Valera se traduce la palabra yâdâh” como “alabad” pero recordemos que otras traducciones[1] lo han traducido como dar gracias porque es una traducción valida.  En este caso los tres salmos que mencionamos empiezan con la palabra Aleluya seguida por el mandato de dar gracias.  Esto pudiera ser una mejor traducción siendo que la palabra Aleluya en si significa Alabad a Jehová.  ¿Cómo hemos de alabar a Jehová? Dando gracias porque él es bueno.
Tenemos que entender que en estos casos no se nos está motivando a alabar a Dios por los beneficios que nos ha dado.  No es por nada que Dios haya hecho sino porque su naturaleza es buena, porque Él es bueno. 
Si pensamos en los dioses que el hombre ha creado con su imaginación, todos en alguna manera carecen de esta virtud.  No es que todos los dioses no hagan cosas buenas sino que no son buenos en su naturaleza.  Su carácter se ve infectado por las mismas imperfecciones que aquejan al hombre.  Su bondad en alguna forma siempre es una bondad interesada. No buscan el bien del objeto sin ningún interés más que hacerle bien.
Para esto sólo hay que ver las prácticas de las religiones a lo largo y ancho de nuestro mundo, pero enfoquémonos en la religión que conocemos aquí en las Américas.  ¿Qué se puede decir de las mandas que se prometen a equis virgen o santo, de las peregrinaciones que se hacen a lugares específicos donde se tiene una capilla, iglesia o basílica dedicada a alguna virgen o un santo, de las veladoras que se prenden ante estampas o en altares, de las fiestas que se dedican a los santos patronos?  No son todas estas formas en que se busca comprar la benevolencia del santo.  Lo mismo podríamos decir de las prácticas que se llevan a cabo en otras culturas dedicadas a otras deidades.  La mayoría de sus prácticas religiosas reconocen que sus dioses no son buenos en su naturaleza, no hacen el bien porque sencillamente lo quieren hacer en razón de que son buenos aun cuando sus adeptos les sean infieles.
Nuestro Dios a diferencia es bueno.  Su bondad no se ve afectada por algún interés propio aunque es cierto que Él mismo nos manda que le alabemos por su bondad.  Sin embargo, este deseo de Dios de ser alabado por su bondad no es un deseo egoísta sino una expresión del deber del hombre.  Dios como soberano merece toda nuestra adoración porque adoración de cualquier otro ser u objeto es actuar en base a una mentira.  Si adoramos a otro ser u objeto entonces estamos diciendo que tiene un lugar en el universo a la par con Dios o por encima de Él.  Esto es una mentira.  No hay nada que exista en el mundo sea del mundo espiritual o del mundo físico que sea igual a o mayor que Dios.  Además, Dios nos manda que le demos gracias por su bondad porque él conoce el beneficio que recibimos nosotros cuando lo hacemos.  Como hemos visto en otros puntos anteriores, cuando no hay gratitud en nuestro corazón nosotros salimos sufriendo. Nos volvemos ingratos y puede producir hasta amargura.  En específico, cuando no agradecemos a Dios su bondad empezamos a dudar de ella.  Empezamos a ver a Dios como un Dios frio, duro, interesado, alguien que no se compadece de nuestras aflicciones y todo esto no es verdad sino lo contrario, por su bondad Dios es amoroso, compasivo y grande en misericordia que nunca se olvida de nosotros y se interesa personalmente en la vida de cada uno de sus hijos y de sus criaturas.
Además podemos añadir que nuestro Dios es bueno aun cuando su creación no le corresponda en obediencia ni le adore.  Dios sigue haciendo salir el sol sobre justos e injustos (Mateo 5:45) aun cuando todos somos merecedores del castigo de Dios.  Si no fuera por su misericordia que es una expresión de su bondad todos seríamos consumidos (Lamentaciones 3:22) porque la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23) y todos hemos pecado (Romanos 3:10, 23). 
La salvación misma que Dios ofrece a todo ser humano es una expresión de su bondad.  Su salvación no está condicionada a nada que nosotros podamos  hacer.  Todo es de gracias (Efesios 2:8 y 9) porque todas nuestras justicias, lo mejor que nosotros podamos hacer no vale nada ante Dios.  Toda acción buena del hombre hecha en sus propios esfuerzos y por sus propios méritos está contaminada por el pecado.  Aun así y a pesar de que nosotros somos sus enemigos, estamos en enemistad con Él, el nos ha amado y nos sigue tratando con compasión buscando que aceptemos la salvación que le costó la vida de su hijo y que tantas personas a pesar de eso la rechazan.  Porque Él es bueno es paciente no queriendo que ninguno perezca sino que todos vengan al arrepentimiento (II Pedro 3:9).
¿Qué podremos decir nosotros que somos hijos de Dios y que tratamos con tanta infidelidad?  ¿No es Dios bueno? ¿Cuándo nos ha tratado con toda justicia?
Hago estas preguntas porque muchos que son hijos de Dios cuestionan la bondad de Dios cuando algo mal les llega a suceder o cuando Dios no contesta sus oraciones conforme a su agrado.  Como hijos de Dios tantas veces vemos que cuestionamos la bondad de Dios cuando Dios nos quita a un ser querido o que no nos sana de alguna enfermedad que nos aqueja.  Aun más triste creo es cuando aquellos que se nombran por el nombre de Cristo se comportan como hijos mimados y esperan que Dios les cumpla todos sus antojos y cuando Dios no lo hace se enojan con él y dejan de buscarle no orando ni yendo a los cultos de la iglesia etc. como si estuvieran castigando o importunando a Dios por su falta de bondad.
Dios, sin embargo, es  bueno aun cuando hace cosas que a vista de nuestros ojos con nuestra perspectiva limitada parecen malas.  Un ejemplo clásico de esto es la deportación de los judíos.  Todo el sufrimiento y aunado al destierro según Dios fue una muestra de su bondad.  El dice profetizando este evento en Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Lo mismo nos recuerda a nosotros en el nuevo Testamento en Hebreos 12:6-8: “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.” A final de cuentas todo esto resulta en fruto apacible de justicia que estoy seguro que todos deseamos.
          Por eso y muchas cosas más podemos decir que en todo momento y circunstancia Dios es bueno y por lo tanto es digno de que lo expresemos en gratitud.  Como nos ha encomendado el salmista, demos gracias a Dios porque él es bueno.

*Nota:  Este escrito es parte de un proyecto.  No es un producto terminado pero quise compartirlo con ustedes.  Si tiene algún comentario sobre algo que no quedó claro o que piensan que pudiera mejorar este escrito, de favor háganmelo saber a la siguiente dirección  littleguard@gmail.com.




[1] Las versiones La Biblia de las América y La Nueva Versión Internacional como también las siguientes versiones en inglés traducen la palabra yadah como dar gracias:  King James Bible, New American Standard Bible, New International Versión.