Sunday, September 7, 2014

         La Gratitud y la Justicia de Dios 

          El mundo en que vivimos sufre por la injusticia.  A menudo escuchamos de personas que han sido maltratadas por las autoridades mismas que nos deben de brindar protección y de ricos y pobres que se aprovechan de su prójimo y el crimen queda impune.

          Todos deseamos verdadera justicia, pero no se ve ni parece haber indicios de que lo veremos en nuestro mundo.

          “La organización Transparencia Internacional publicó . . . su Índice de Percepción de la Corrupción 2013 y ubicó a México en el lugar 106 de 177 naciones, lo que lo coloca como uno de los países más corruptos para el organismo.”[1] Esto nos indica la situación actual de nuestro país.  Según el mismo artículo, todos los países sufren de corrupción.  Porque esto ha sido un problema desde el comienzo de la historia humana, Dios en las leyes del Antiguo Testamento advirtió a Israel que no cometieran prácticas corruptas ni en el comercio ni en el proceso de justicia: “Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.” (Deuteronomio 25:15)
La esperanza que tenemos nosotros como hijos de Dios es que nuestro Dios es justo y cuando todo se haya hecho y dicho su justicia prevalecerá. Esto nos debería producir gratitud.  Nuestro Dios no es como los otros dioses que tuercen el ejercicio de la justicia tomando cohecho -- o que nombre le podemos poner al hecho de que los dioses le hacen bien a sus devotos a cambio de una ofrenda o sacrificio. “Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho.” (2 Crónicas 19:7)

          En las Escrituras no parece haber una exhortación de agradecer a Dios por su justicia a diferencia de otros de sus atributos que hemos visto.  Sin embargo, creo firmemente que lo vemos como algo implícito en las enseñanzas de la Palabra de Dios.  Veamos que existen varias razones por las cuales podemos estar agradecidos con nuestro Dios por el hecho de que Él es justo.

          Empezaremos por ver que su justicia, como dijimos, prevalecerá para los que son sus hijos al final de los tiempos.  En el presente aun los hijos de Dios sufren injusticias y parece ser, que como el salmista nos preguntamos dónde está Dios cuando todo esto pasa. Es mi opinión que una de las  razones por las cuales se escribió el libro de Apocalipsis fue para darnos una esperanza que al final de los tiempos Dios y su justicia reinarán en este mundo y por toda la eternidad.  Vemos en este mismo libro que hay aquellos hijos de Dios, como en nuestros tiempos, que están pidiendo que se haga justicia. “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Apocalipsis 6:9-10).  Junto con ellos hay muchos que en nuestros tiempos de manera injusta son torturados y muertos y cuyo único crimen es creer en Cristo Jesús como su Salvador.  ¿Hay justicia para ellos? Podemos decir con toda certeza ¡Sí! Nuestro Dios es justo y no pasará por alto esto que los hombres hacen. 

          Creo que a medida que se acercan los tiempos finales es importante que recordemos esto porque la Palabra de Dios le promete sufrimiento al cuerpo de Cristo antes que Él venga.  En vista de esto podemos vivir seguros de que Dios es un Dios justo. Debemos ofrecerle nuestra gratitud porque Él es un Dios que no se olvida de nosotros ni de la injusticia que sufrimos nosotros o nuestros hermanos en Cristo.  A final de cuenta Dios hará justicia y lo hará de manera perfecta.

          También debemos estar agradecidos con Dios porque en su trato con nosotros Él es justo.  Esto lo podemos ver en varios ámbitos de nuestra relación con Él.  Empecemos por ver su justicia en relación con nuestra salvación.
          Según Romanos 3:26 Dios en su salvación es justo y “el que justifica al que es de la fe de Jesús.”  La salvación que Dios nos ofrece no hace a un lado la justicia y es por esto que Dios en Cristo tuvo que cargar en su persona la culpa de todos nosotros: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Corintios 5:21) A la vez para aquellos que aceptan este sacrificio a favor de sí mismos, Él les ofrece una santidad perfecta: “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:14)
Sin esta satisfacción completa de la justicia divina no se podría de manera justa impartir una santidad perfecta, la cual se requiere para entrar a la presencia de Dios. Esta es una definición de una salvación completa porque sin santidad no podemos ver a Dios y ser restaurados Su plan perfecto. “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14). 

          No es esto algo glorioso.  Si Dios de manera injusta ofreciera la salvación al mundo, no podríamos nunca estar seguros de las condiciones por medio de las cuales pudiéramos alcanzar esa salvación, como tantos que en otras religiones buscan la salvación pero nunca están seguros de ella.  Volvemos a hacernos la pregunta, cuantas misas se tendrán que ofrecer para asegurar la salvación o que tantas penitencias antes de estar verdaderamente seguros del perdón.  Solo Dios, porque es justo, nos puede asegurar la salvación.  El pecador arrepentido puede saber con certeza que sus pecados han sido perdonados y que ahora es hijo de Dios porque en su justicia Dios ha cumplido con todas las exigencias de Su ley y nunca cambiará las condiciones bajo las cuales Él ofrece a toda la humanidad la salvación. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1Jn 1:9)Es por eso que decimos que esto es algo glorioso y como consecuencia algo por lo cual, como ya dijimos, debemos agradecer a nuestro Dios.

          No es solo en la salvación que Dios nos trata con justicia.  Dios juzga a toda la humanidad con su justicia y pesa el valor de cada una de nuestras acciones de la misma manera.  Esto también debe traer un sentido de seguridad para los que reflexionan en ello.  Sabemos que Dios juzga y al juzgar lo hace de manera justa. “Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.” (Salmo 98:9) Nunca se desvía ni a la derecha ni a la izquierda.  Si conocemos su Palabra y su ley sabemos exactamente lo qué podemos esperar de Él.  Nunca habrá sorpresas. Por una parte esto es motivo de gratitud y como este Salmo lo expresa, por esta razón
Cantad alegres a Jehová, toda la tierra;
Levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
Cantad salmos a Jehová con arpa;
Con arpa y voz de cántico.
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina,
Delante del rey Jehová.
Brame el mar y su plenitud,
El mundo y los que en él habitan;
Los ríos batan las manos,
Los montes todos hagan regocijo
Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con rectitud.
(Salmo 98:4-9)

Hubo un tiempo que me preguntaba sobre lo apropiado de este Salmo.  Como se le insta a la creación a alabar a Dios porque el juzgará al mundo, si su juicio será devastador.  Sin embargo, si reflexionamos en verdad es motivo de gratitud porque aun hay y habrá verdadera justicia. Es porque Dios es justo en todo, que podemos vivir seguros bajo su dominio.  En las obras de sus manos nunca hay injusticia y siempre nos juzgará justamente.

Para algunos esto pudiera ser un panorama aterrador pero para el hijo de Dios esta es una verdad que nos reconforta porque en Jesucristo se hizo toda justicia.  Por otra parte como dice en el Jeremías cada persona será juzgada por su propia maldad: “cada cual morirá por su propia maldad.” (Jeremías 31:30)  Justos no pagarán por injustos como suele suceder en este mundo.  Por otra parte, si quebranto la ley de Dios, sé que esperar.  La ley de Dios y su Palabra es clara.  No requiere de mucha inteligencia entender cuál es nuestra obligación y deber como seres humanos y como hijos de Dios. La justicia no existe en ocasiones y en otras no. Esto nos quita toda inseguridad.

Cuando la justicia no existe, el hombre vive de manera insegura como el hijo que nunca sabe cuando sus padres lo han de castigar porque no sabe cuantas infracciones se requieren para que sus padres se harten y le caigan con todo el peso de la ley o si habrá castigo sencillamente porque ellos están de mal humor.  En el mundo vemos esto a menudo en situaciones como cuando uno pasa junto a un agente de transito en la calle y sigue uno checando por el retrovisor para asegurarse que no lo van a detener.  Dios no es así, su justicia es eterna. “Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.” (Salmo 119:142)

          De igual manera, porque Dios es justo el recompensará a cada uno las obras que se han hecho en su nombre y para su gloria porque Él lo ha prometido. “Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.” (Marcos 9:41) y “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” (Apocalipsis 22:12) Después de habernos dado la salvación, en su justicia en razón de sus promesas Dios nos recompensará de maneras en que aun no podemos entender.  A su vez habrá aquellos que por hacer caso omiso a la Palabra de Dios o por poner más en alto los placeres y ocupaciones de este mundo en vez de la voluntad Dios, sufrirán perdida.  “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (1 Corintios 3:15) Aun en esto Dios es justo, la persona sufrirá pero no será excluido de su presencia porque en su justicia Cristo cargó con toda su culpa.

          Pudiera ser que se podrían explorar otros ejemplos de la justicia de Dios pero éstas nos bastan para ver que la verdad que Dios es Justo es un motivo para agradecerle a Dios. 

Cantemos alegres a Jehová, pueblo suyo
Demos gracias los redimidos
Porque nuestro Dios es eternamente Justo.





[1] México está entre los países más corruptos para Transperancy International. CNN México [en linea]. 3 Diciembre 2013. [fecha de consulta: 7 Septiembre 2014]. Disponible en: http://mexico.cnn.com/nacional/2013/12/03/mexico-esta-entre-los-paises-mas-corruptos-para-transparency-international.