La Gratitud y la Misericordia
Al
seguir estudiando los atributos de Dios que nos deben causar gratitud
encontramos la misericordia. ¿Qué es la
misericordia? Según el Diccionario de la Real Academia misericordia se define
como: “Virtud
que inclina el ánimo a compadecerse de los trabajos y miserias ajenos.” (Dicionario de la
Academia 22a edición, 2001 ) En el contexto bíblico se usan varias palabras que
se traducen misericordia. Una de ellas
es la palabra Jésed que la Septuaginta[1]
(la traducción judía del Antiguo Testamento al griego) traduce como
misericordia. Dentro de las listas de los
atributos de Dios pudiéramos decir que la misericordia es parte de su amor que
es una de las acepciones de la palabra Jésed.
Dios es amor y por lo tanto uno de los aspectos de este atributo es la
misericordia.
¿Cuál
es la diferencia entre la misericordia y la bondad de Dios? Cuando hablamos de su bondad estamos hablando
de esa característica de Dios por la cual él hace cosas buenas sencillamente
porque él es bueno. Pudiera ser que haga
lo bueno aun cuando no lo merezcamos. La misericordia sin embargo es también un
aspecto de la bondad de Dios pero se manifiesta cuando el objeto le ha ofendido
o a transgredido su ley.
Cuando
pensamos en la misericordia por lo general nos enfocamos a actos específicos
que demuestran esta característica de una persona o de Dios. En este caso, me quisiera enfocar no en los
actos misericordiosos sino en el atributo en sí. La frase “Misericordioso y clemente es Jehová”
o una frase parecida aparece siete veces en las Escrituras ( 2 Crón 30:9; Sal.103:8, 111:4;112:4, 116:5, 145:8, 145:17;
Joel 2:13). Si lo ponemos en el contexto
del Antiguo Testamento donde Dios en numerosas ocasiones hace un contraste entre
su persona y los dioses de los pueblos, Él, a diferencia del concepto de
divinidad creada por el hombre, es misericordioso.
Los
dioses de los pueblos son rencorosos y vengativos. De manera constante sus adeptos tienen que
estar apagando su ira o apaciguando su venganza con ofrendas y sacrificios, en
algunos casos hasta con sacrificios de seres humanos (Deut. 18:10 y 2 Reyes
16:3), para conseguir su benevolencia. En
contraste Dios, a pesar de la
infidelidad de su pueblo es misericordioso y lento para la ira – se acuerda de
que somos polvo (Sal. 103:14). No es que
Dios no sea justo y que nunca se enciende su ira sino que su justicia se ve
templada siempre por la misericordia.
Como
todo atributo de Dios tenemos que entender que este siempre función en conjunto
y en relación a todos los demás atributos de Dios. Nunca se manifiestan sus atributos
aisladamente pero también nunca dejan de manifestarse. Dios es un Dios en el que todos sus atributos
operan de manera integral.
Si
tomamos todo esto en cuenta tenemos que concordar con el Salmo 136:1, 2, 3 y 26
que el hecho de que Dios es misericordioso es motivo de gratitud y de alabanza[2].
De manera especial en estos versículos
nos dice que lo hagamos porque su misericordia es para siempre. En otras palabras Él nunca cambiará. Es parte de su carácter ser misericordioso y
como Dios es eterno su misericordia es para siempre.
Esto
nos debería causar gratitud en razón de que su manera de tratarnos como humanos
será siempre consistente. La
misericordia en el caso de Dios no es un sentimiento pasajero o una manera
variante de actuar. Dios no es misericordioso un día y al otro no. Esto lo vemos claramente en el registro
bíblico. Su misericordia se extiende a todo hombre en todo lugar y en todo
tiempo. El no busca la muerte del impío
sino que busca que todos se arrepientan y vengan a él y por lo tanto es
paciente y misericordioso.
Si nos
tomamos el tiempo para recapacitar nos damos cuenta que si no fuera por este
atributo no podríamos esperar vivir más que un segundo en razón de que de
manera consistente, como humanos, a Dios le somos infieles. Dios por lo tanto nos mira a través de sus
ojos de misericordia y espera que regresemos a él en arrepentimiento. El hecho
de que usted y yo hemos amanecido otro día y estamos gozando de la vida es una
manifestación de la misericordia de Dios.
Tenemos
que pensar que aun cuando Dios nos disciplina o permite que situaciones
difíciles entren a nuestra vida estas siempre se ven templadas por su
misericordia. Dios nunca deja caer sobre nosotros el peso completo de su ira
hasta que de manera obstinada nos resistimos a su misericordia. Es por esto que
podemos agradecer a Dios su misericordia.
Gracias
sean dadas a nuestro Dios porque para siempre es su misericordia.
[1] Web de Recursos “Cristianos”.
Diccionario de Hebreo Bíblico de Moises
Chavez. “Misericordia”. http://www.encinardemamre.com/hebreo-M.html
accesado 10 de agosto de 2014.
[2] Las versiones La Biblia de las América y La Nueva Versión
Internacional como también las siguientes versiones en inglés traducen la
palabra yadah como dar gracias: King James Bible, New American Standard Bible,
New International Versión