Monday, October 3, 2016

Agradecimiento por la obra de Dios en la vida de la gente (parte 2)



Ahora que hemos visto las razones por las cuales es importante agradecer lo que Dios está haciendo en la vida de sus hijos que son nuestros hermanos en Crsito veamos mas detalladamente algunos de los ejemplos que nos ofrecen los apóstoles Pablo y Pedro para empezar a ver por qué cosas específicas podemos dar gracias.  De igual manera nos servirán como modelos a seguir para poder empezar a ponerlo en práctica.

Como vemos el apóstol Pablo fue un hombre que vivía agradecido con Dios y podemos evidenciar en esto en sus epístolas donde menciona allí razones por las cuales él acostumbraba agradecer a Dios.  Una de las primeras que queremos considerar es su costumbre de agradecer a Dios por la salvación de almas.  En Romanos 6:17 Pablo dice: “ Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregado”.  No nos ha de sorprender que Pablo expresara esta gratitud siendo que fue una de las razones por las cuales el mismo Señor Jesucristo dijo que había venido a este mundo.  Cristo mismo dijo: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).

Dios no creo el hombre para vivir sin Él ni para vivir esclavizado por el pecado.  Lo había creado para disfrutar de la comunión con él y que de manera recíproca el hombre disfrutara de su propia voluntad de la comunión con Dios.  El pecado puso fin a esta íntima relación con el hombre y el hombre murió para Dios viviendo como nos dice en Efesios 2:2 en rebelión a Dios y en esclavitud. “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” (Juan 8:34)  La muerte y resurrección de Cristo le abrió al hombre la oportunidad de disfrutar nuevamente la libertad y una relación íntima y vital con Dios. 
Aquellos que reconocen a Cristo como su Señor y Salvador entonces viven en libertad y permiten que el plan de Dios de compartir su vida y disfrutar de su presencia sea cumplido.  Cuando alguien reconoce su necesidad de Cristo y llega a ser hijo de Dios y el cielo se regocija porque Dios en Cristo ha vencido y su plan y propósito para el hombre no ha sido en vano. Si Cristo con los ángeles se regocija (Lucas 15:7, 10) ¿no deberíamos entonces nosotros también darle gracias a Dios por haber vencido una vez más en la vida de uno más.

Además, si lo vemos del punto de vista humano, existen un sinfín de razones aparte de la libertad que Cristo nos da por las cuales podemos darle gracia a Dios cuando una persona reconoce su necesidad de salvación y se vuelve a Dios.  Mencionaré algunas razones aunque usted pudiera pensar en más habiendo visto lo que Dios ha hecho en su propia vida como resultado de la salvación. 

En primer lugar podemos mencionar que el hombre, cuando recibe la salvación, empieza a disfrutar de todas las bendiciones espirituales en lugares celestiales en Cristo Jesús.  (Efesios 1:3)  Ahora es hijo de Dios (Galatas 4:6) y su heredero juntamente con Cristo (Romanos 8:17).

Cómo tal el hombre, ahora en Cristo, recobra el poder mediante el Espíritu Santo para desarrollar por completo el potencial con el cual Dios le ha creado para su propia gloria.  Por más asombrosas que puedan ser las cosas que el hombre sin Cristo puede hacer, no se compara con aquello que Dios puede hacer y hará en y a través de aquellos que son sus hijos.  El potencial para hacer cosas maravillosas se multiplica aun cuando pocas veces lo vemos hecho realidad porque como hijos de Dios no nos ponemos del todo a la disposición de nuestro Dios para que Él haga lo que Él solo puede hacer.  Tenemos en las Escrituras testimonios de lo que Dios puede hacer a través de hombres que se ponen a su disposición: Daniel el profeta, José, Nehemías, el apóstol Pablo y pudiéramos nombrar más.

Además cuando el hombre entrega su vida a Cristo y recibe la salvación y vida nueva, su vida cambia.  Ya no es un hombre que vive en rebeldía a Dios y por lo tanto no está obrando contra los planes de Dios en el mundo creado, ni en la sociedad.  Cuando en verdad entrega su vida a Dios y permite que Dios obre en su vida cambiándolo de su antigua manera de vivir, deja de ser una persona que daña a su prójimo.  Ahora es un agente de Dios en el mundo que puede obrar a favor del bien de la humanidad empezando por beneficiar a los que le rodean pero con el potencial de hacer cambios importantes y duraderos en un ámbito más amplio como lo hizo William Wilberforce en Inglaterra promoviendo por años la emancipación de los esclavos hasta lograrlo, evento que desencadenó en el continente norteamericano el mismo movimiento.  Tenemos también como ejemplo a XX quien promovió la educación entre los niños pobres de Escocia estableciendo la escuela dominical y así también ayudando a abolir la explotación de los niños en ese país.

En un ámbito cotidiano, empieza a ser un padre o una madre que cría a sus hijos para gloria de Dios y busca su bienestar no abusando de ellos ni física ni mentalmente sino disciplinándolos en el amor y la amonestación del Señor. (Efesios 6:4).  Deja de ser una persona que se aprovecha de su prójimo tomando ventaja de él sino que busca de igual manera su bienestar.  Lo ama y de manera bondadosa busca su bien físico-espiritual en su totalidad (Santiago 2:15-16)  Ama a su prójimo como Cristo nos lo enseñó en la historia del buen samaritano. (Lucas 10:30-37)  En otras palabras obra en bien de la humanidad. 

No solo obra a favor del hombre sino también tiene el poder para cumplir con la encomienda de cuidar y desarrollar el potencial de la creación  (Génesis 1:28) tomando en serio la promesa que Dios ha dado de destruir a los que destruyen la tierra. (Apocalipsis 11:18)  Por lo mismo en Cristo el hombre deja de torturar a los animales que Dios ha creado, como algunos lo hacen en el nombre de entretenimiento y deporte como la pela de gallos o la corrida de toros, etc.  Cierto es que en ocasiones no vemos estas evidencias en razón de la falta de enseñanza y madures de los hijos de Dios pero el potencial existe que no existe en aquellos que nos son hijos de Dios.  Esto no es para decir que no hay personas sin Cristo que no se han hecho conscientes por la gracia providencial de Dios de la problemática que causa el pecado, pero la motivación y el efecto de sus hechos son tales con no le traen la gloria a Dios como debe de ser y sigue siendo cierto que el potencial de aquellos que están en Cristo es tal que ningún incrédulo puede alcanzar.

No sólo vemos esto, sino que también en Cristo ahora tiene la mente de Cristo como para cuidar de su creación y desarrollarla. Ejemplo tenemos de esto en las leyes del pueblo de Israel.  Dios dio un sinfín de leyes sanitarias con el fin de cuidar de la salud de su pueblo y evitar plagas y epidemias. (Éxodo 15:26;  Deuteronomio 23:13).  También tenemos como ejemplo a Salomón que por su temor de Jehová llegó a ser el hombre más sabio del mundo (1 Reyes 4:30) estudiando las distintas ciencias de su tiempo (1 Reyes 4:32-34).  A David Dios le dio la sabiduría para hacer instrumentos para alabarle (2 Crónicas 7:6).  En la construcción del Tabernáculo Dios doto a Bezaleel de la sabiduría para hacer la obra del tabernáculo en hermosura (Éxodo 36:1,2) y a hombres para tejer las cortinas (Éxodo 36:8).  No se si usted se ha detenido a fijarse porque algunas obras de orfebrería son más hermosas que otras.  En mucho tiene que ver el diseño y el cuidado con el que se hacen.  Estoy seguro que esto fue lo que Dios obró en estos hombres.  No hubo gente trabajando al “allí se va” ni de manera mediocre.  Al igual viendo los tejidos en una visita al estado de Oaxaca me enamoré de un tapete.  Al preguntar el precio me di cuenta porque.  La persona que lo había tejido lo hizo de una manera muy detallada y con mucho cuidado.  La diferencia se notaba entre todo que en el mercado se vendía.  Estoy convencido que de igual manera las cortinas del tabernáculo eran una obra de arte por encima de todo siendo que Dios dio a los artesanos la sabiduría para hacerlo.

De igual manera, Dios puede hacer lo mismo en cada uno de sus hijos en el grado en el que se someten a su dirección.  Creo que vemos pocos hijos de Dios que destacan en el desarrollo de su comunidad y de su país o en las ciencias porque pocos en verdad buscan glorificar a Dios de esta forma.  Pensamos que sólo se sirve a Dios y se le glorifica en el ámbito “espiritual” y perdemos de vista lo que se nos enseña de manera muy directa en 1 Corintios 6:20: “glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu los cuáles son de Dios.” Hemos hecho una separación entre lo “secular” y lo “espiritual” que no existe en las Escrituras. Una separación hecha por una filosofía de vida que no es de Dios.

Todo esto y más hace Dios y puede hacer en razón de la salvación que nos ha otorgado.  Por esto es que Pablo nos exhorta a glorificar a Dios tanto en nuestro espíritu como en nuestros cuerpos los cuales son de Dios porque el pagó por ellos en la cruz (1 Corintios 6:20) Imagínese el potencial que Dios ve en sus hijos. ¿No es esto motivo para agradecer a Dios? 

Thursday, July 28, 2016

La necesidad de hacer el llamado al servicio



Estimados Consiervos,

Que gusto me da poder saludarles de esta manera.  Dios no me dio la oportunidad de disfrutar la convención con ustedes, aun cuando si me dio la oportunidad de saludar a algunos de ustedes.  Espero que de alguna manera la convención les haya sido de bendición.

El motivo de esta carta es de animarles en la obra a la cual Dios les ha llamado.  Yo estoy convencido que no existe un mejor llamamiento que el ser llamado a difundir el mensaje tan glorioso que se nos ha encomendado de la salvación en Cristo Jesús.  

Me da tristeza, pero a la vez entiendo, cuando veo pastores que están cansados o desanimados en la obra.  Ese cansancio y desánimo es de esperarse.  Aun el apóstol Pablo sufrió cansancio. 2 Corintios 11:28: “y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.”  Y Elias sufrió desánimo.  Sin embargo no perdamos de vista la meta a la cual hemos sido llamados.

¿Por qué menciono esto? porque a veces me pregunto si no nos conformamos con solo hacer lo que se requiere y no forjamos nuevos caminos dirigidos por nuestro Señor en razón de que pensamos que vale la pena.  “Ya lo hemos intentado tantas veces y mira dónde estamos.”  Pero también me hago la pregunta porque no veo que estemos animando a otros a enlistarse en las filas del Señor.  Cristo nos dijo que debemos rogar al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.  Junto con esto se requiere que expongamos la necesidad y hagamos el llamado en nombre de Cristo que otros se enlisten en las filas del Señor.

La idea de esta carta viene porque una hermana, que ha respondido al llamado de orar para que Dios levante más obreros para la mies y está orando para que Dios nos mande por lo menos 20 nuevos alumnos para este año que entra, me llamó esta mañana.  Me dijo, “Dios ha puesto en mi corazón que necesitamos animar a nuestros pastores a que expongan con frecuencia la necesidad de más obreros.  Ella sugería una vez al mes.  Le dije que les escribiría una carta y se los expondría, porque a mí también me preocupa la falta de pastores capacitados en México. 

Les animo hermanos que prediquen de la necesidad que existe de pastores y de la necesidad de obedecer al llamado de Cristo.  Nuestro México se está consumiendo por la violencia. La gente se está muriendo sin Cristo y nosotros tenemos la respuesta.  ¿Estaremos cómodos con nuestras iglesias como están o queremos ver más gente ganada para Cristo?  Si llegan a salvarse más almas habrá necesidad de más obreros y ¿de dónde vendrán?

Mi deseo es ver a un México y a un mundo cambiado por Cristo.  Animemos a la iglesia a cumplir con la gran comisión.  Oremos para que Dios envíe obreros a la mies.  Hagamos conocer la necesidad.

Dios les bendiga grandemente en esta obra tan preciosa a la cual Él nos ha llamado.

Wednesday, March 23, 2016

Dios no es un Dios en quien puedo confiar

“Dios no es un Dios en quien puedo confiar,” fueron las palabras de un expastor que le ha dado la espalda a Dios porque habiéndole rogado a Dios que le resolviera una situación difícil y penosa, Dios no le contestó el grito desesperado de su alma como él deseaba. 

Cuando escuché esto me hice la pregunta ¿Quién es el Dios en el cuál él profesaba creer? ¿Quién es el Dios a quien él predicaba? Pero tan pronto me hice esa pregunta, me surgieron otras.  ¿Cuántos que han profesado creer en el Dios de la Biblia no han pasado o están pasando por una crisis similar? Y ¿Cómo se evita caer en una situación igual? ¿Qué es lo que permite que otros creyentes sufran pruebas extremas y salgan con su fe intacta?

Creo que se puede afirmar que entre otros posibles factores una de las más importantes es nuestro entendimiento del Dios en quien hemos creído.  Digo esto porque puede existir una diferencia entre el Dios que se revela y define en las Escrituras y el Dios en quien hemos creído y a quien definimos de una manera no idéntica a las Escrituras.

Permítame darle un ejemplo para explicar lo que acabo de decir.  La Biblia dice que Dios es bueno en Salmo 107:1 y yo puedo decir lo mismo pero mi definición de un Dios bueno puede ser que sea distinto a la definición bíblica.  La cultura cristiana actual tiende a definir la bondad de Dios en términos de aquello que se nos hace agradable o nos causa placer.  La definición bíblica aunque incluye esto, también abarca el amor de Dios que disciplina a su hijo o le niega aquello que a la larga le va a atrofiar el crecimiento espiritual. ¿Cómo es mi Dios, cómo me lo presentan las Escrituras o hecha a mi propia imaginación?

Las razones de esta divergencia entre la verdad objetiva como presentada en as Escritura y aquella en la que creemos pueden ser varias.
  • Una enseñanza no fiel a las Escrituras que se predica como bíblica.
  •  Ignorancia por falta de enseñanza o tiempo en el conocimiento de la Biblia. 
  • Una falta de interés en estudiar o entender lo que la Biblia me dice de Dios.  (Le dejo la doctrina a los teólogos) 
  • Negar abiertamente la enseñanza de las Escrituras porque no me gusta o no se ajusta a lo que deseo de la vida.  Deseo que Dios se ajuste a mis planes y propósitos.

Cualquiera que sea la razón el resultado puede producir una reacción como la de este expastor.

Sin embargo, siendo que este hombre se dedicaba a estudiar las Escrituras ¿cómo puede creer que Dios no es un Dios confiable?

Vemos en las Escrituras que el Dios que es bueno y que promete contestar nuestras oraciones nunca ha prometido contestarlas de acuerdo a nuestros parámetros de bondad.  El siempre contestará lo que es lo mejor para nosotros según lo que en su omnisciencia y sabiduría sabe que sería lo mejor para nosotros en el marco de su plan divino.  Esto lo vemos ejemplificado en la vida de José1 que siendo vendido por sus hermanos estoy seguro que clamó a Dios exigiéndole saber cómo esto podía pasarle a él siendo un joven fiel en su creencia y amor a Dios lo cual se comprobó en su comportamiento en la casa de Potifar y en la cárcel después.  Pero Dios tenía algo mucho mejor para él que una vida cómoda en la casa de su Padre como el hijo preferido rodeado de su familia.  Dios lo quería usar para la salvación de toda una nación y de la vida de su Padre y sus hermanos.  (Génesis 50:20)

Si Dios no contesta nuestras oraciones como nosotros deseamos, podemos estar seguros que el en sus planes y propósitos a la luz de la eternidad tiene algo bueno preparado para nosotros.  Las Escrituras nos presentan un Dios así.  Si no queremos creer en un Dios así entonces tendremos que buscar un Dios distinto al de las Escrituras pero no acusemos al Dios de las Escrituras de no ser alguien en quien podemos confiar.

Dios no es un Dios en quien se puede confiar, si es un Dios que se define por mis expectativas, pero ¡sí es un Dios en quien puedo confiar si es el Dios de las Escrituras!


1La historia completa se encuentra en Génesis capítulos 37 al 50.