Estimados
Consiervos,
Que gusto
me da poder saludarles de esta manera.
Dios no me dio la oportunidad de disfrutar la convención con ustedes,
aun cuando si me dio la oportunidad de saludar a algunos de ustedes. Espero que de alguna manera la convención les
haya sido de bendición.
El motivo
de esta carta es de animarles en la obra a la cual Dios les ha llamado. Yo estoy convencido que no existe un mejor
llamamiento que el ser llamado a difundir el mensaje tan glorioso que se nos ha
encomendado de la salvación en Cristo Jesús.
Me da
tristeza, pero a la vez entiendo, cuando veo pastores que están cansados o
desanimados en la obra. Ese cansancio y
desánimo es de esperarse. Aun el apóstol
Pablo sufrió cansancio. 2 Corintios 11:28: “y además de otras
cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las
iglesias.” Y Elias sufrió desánimo. Sin embargo no perdamos de vista la meta a la
cual hemos sido llamados.
¿Por qué menciono esto? porque a veces me pregunto si no nos conformamos
con solo hacer lo que se requiere y no forjamos nuevos caminos dirigidos por
nuestro Señor en razón de que pensamos que vale la pena. “Ya lo hemos intentado tantas veces y mira
dónde estamos.” Pero también me hago la
pregunta porque no veo que estemos animando a otros a enlistarse en las filas
del Señor. Cristo nos dijo que debemos
rogar al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Junto con esto se requiere que expongamos la
necesidad y hagamos el llamado en nombre de Cristo que otros se enlisten en las
filas del Señor.
La idea de esta carta viene porque una hermana, que ha respondido al
llamado de orar para que Dios levante más obreros para la mies y está orando
para que Dios nos mande por lo menos 20 nuevos alumnos para este año que entra,
me llamó esta mañana. Me dijo, “Dios ha
puesto en mi corazón que necesitamos animar a nuestros pastores a que expongan con
frecuencia la necesidad de más obreros.
Ella sugería una vez al mes. Le
dije que les escribiría una carta y se los expondría, porque a mí también me
preocupa la falta de pastores capacitados en México.
Les animo hermanos que prediquen de la necesidad que existe de pastores
y de la necesidad de obedecer al llamado de Cristo. Nuestro México se está consumiendo por la
violencia. La gente se está muriendo sin Cristo y nosotros tenemos la
respuesta. ¿Estaremos cómodos con
nuestras iglesias como están o queremos ver más gente ganada para Cristo? Si llegan a salvarse más almas habrá
necesidad de más obreros y ¿de dónde vendrán?
Mi deseo es
ver a un México y a un mundo cambiado por Cristo. Animemos a la iglesia a cumplir con la gran
comisión. Oremos para que Dios envíe
obreros a la mies. Hagamos conocer la
necesidad.
Dios les
bendiga grandemente en esta obra tan preciosa a la cual Él nos ha llamado.
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