Sunday, February 16, 2014

El agradecimiento y la Verdad


Pablo escribió “Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús,” ( I Tesalonicenses 5:18 ) y  le escribió a los de Filipos, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4).  Uno se pregunta cómo fue que Pablo, de entre todos los apóstoles pudo haber escrito estas palabras. 
El escribe que  “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.” (2 Corintios 11:24-28)  Por más que hayamos sufrido no creo que la mayoría de nosotros pudiéramos decir que hemos sufrido algo parecido.
¿Cómo es que Pablo pudo haber escrito que tenemos el deber de dar gracias a Dios en todo con tanta convicción?  ¿Cómo puede ser la voluntad de Dios? ¿Cómo quiere Dios que seamos agradecidos en medio de situaciones tan difíciles? ¿Tenemos un Dios tan insensible?
Lo cierto es que Pablo pudo escribir estas palabras porque él conocía la verdad.  Pablo por su estrecha relación con Dios pudo entender que las circunstancias de esta vida puede ser que parezcan adversas pero en el gran plan de Dios la realidad es otra por completo.  El entendió como los atletas que para alcanzar la meta en los juegos olímpicos la vida no puede pasarse de una manera placentera.  Requiere de mucho esfuerzo, disciplina, sacrificio y hasta dolor físico.
Si nuestra meta es de mayor importancia y valor que una medalla de oro, entonces podemos entender que Dios permite que sus hijos “sufran” y sean disciplinados en esta vida con el fin de alcanzar algo mucho mejor en la eternidad. Si la vida que Cristo nos ha dado es en verdad vida eterna, entonces el enfoque de nuestros esfuerzos y nuestra atención no debería ser en lo que se vive en este plano sino en la preparación que es para la vida que aun nos espera en la presencia de Dios.
Como dice Pablo en la epístola a los Romanos: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:3-5)
Estoy de acuerdo que no siempre podemos entender lo que Dios está haciendo.  El sufrimiento por el cual estamos pasando puede ser un misterio.  ¿Cómo puedo entender el propósito por el cual Dios permite que una pequeña niña de cuatro años y medio muera de cáncer y que pocos meses después su hermanito que venía en camino muera en parto?  Cosas como estas no se entienden y sin embargo el mandato de dar gracias a Dios en medio de estas circunstancias sigue en pie.
Lo cierto es que aun cuando no entendemos el porqué de cada circunstancia, si podemos conocer el Dios que controla las circunstancias y sabemos que es un Dios sabio y amoroso.  Todas las cosas en verdad nos ayudan a bien.  Estas palabras no son solo para tratar de consolar a otros sino una verdad profunda.  Dios nos está preparando para una vida en un plano superior y sabe exactamente lo que pide la recta.  Todos los ingredientes amargos por separados juntos harán uno de estos días un postre delicioso de lo cual estaremos disfrutando.

Dad gracias en todo.  No solo un buen consejo sino un mandato de nuestro Dios.  Considere, ¿si no damos gracias, será que como niños mimados nos estamos rebelando contra un Padre lleno de amor que quiere lo mejor para nosotros y que nosotros sólo deseamos aquellas golosinas que a la larga nos harán daño?
¿Qué querrá decir Cristo cuando dijo, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres?  ¿Será que incluye ser liberados de una perspectiva incorrecta de este mundo y poder ver lo que Dios está haciendo y por lo tanto podemos estar agradecidos en todo?

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