Sunday, February 16, 2014

El agradecimiento y la Verdad


Pablo escribió “Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús,” ( I Tesalonicenses 5:18 ) y  le escribió a los de Filipos, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4).  Uno se pregunta cómo fue que Pablo, de entre todos los apóstoles pudo haber escrito estas palabras. 
El escribe que  “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.” (2 Corintios 11:24-28)  Por más que hayamos sufrido no creo que la mayoría de nosotros pudiéramos decir que hemos sufrido algo parecido.
¿Cómo es que Pablo pudo haber escrito que tenemos el deber de dar gracias a Dios en todo con tanta convicción?  ¿Cómo puede ser la voluntad de Dios? ¿Cómo quiere Dios que seamos agradecidos en medio de situaciones tan difíciles? ¿Tenemos un Dios tan insensible?
Lo cierto es que Pablo pudo escribir estas palabras porque él conocía la verdad.  Pablo por su estrecha relación con Dios pudo entender que las circunstancias de esta vida puede ser que parezcan adversas pero en el gran plan de Dios la realidad es otra por completo.  El entendió como los atletas que para alcanzar la meta en los juegos olímpicos la vida no puede pasarse de una manera placentera.  Requiere de mucho esfuerzo, disciplina, sacrificio y hasta dolor físico.
Si nuestra meta es de mayor importancia y valor que una medalla de oro, entonces podemos entender que Dios permite que sus hijos “sufran” y sean disciplinados en esta vida con el fin de alcanzar algo mucho mejor en la eternidad. Si la vida que Cristo nos ha dado es en verdad vida eterna, entonces el enfoque de nuestros esfuerzos y nuestra atención no debería ser en lo que se vive en este plano sino en la preparación que es para la vida que aun nos espera en la presencia de Dios.
Como dice Pablo en la epístola a los Romanos: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:3-5)
Estoy de acuerdo que no siempre podemos entender lo que Dios está haciendo.  El sufrimiento por el cual estamos pasando puede ser un misterio.  ¿Cómo puedo entender el propósito por el cual Dios permite que una pequeña niña de cuatro años y medio muera de cáncer y que pocos meses después su hermanito que venía en camino muera en parto?  Cosas como estas no se entienden y sin embargo el mandato de dar gracias a Dios en medio de estas circunstancias sigue en pie.
Lo cierto es que aun cuando no entendemos el porqué de cada circunstancia, si podemos conocer el Dios que controla las circunstancias y sabemos que es un Dios sabio y amoroso.  Todas las cosas en verdad nos ayudan a bien.  Estas palabras no son solo para tratar de consolar a otros sino una verdad profunda.  Dios nos está preparando para una vida en un plano superior y sabe exactamente lo que pide la recta.  Todos los ingredientes amargos por separados juntos harán uno de estos días un postre delicioso de lo cual estaremos disfrutando.

Dad gracias en todo.  No solo un buen consejo sino un mandato de nuestro Dios.  Considere, ¿si no damos gracias, será que como niños mimados nos estamos rebelando contra un Padre lleno de amor que quiere lo mejor para nosotros y que nosotros sólo deseamos aquellas golosinas que a la larga nos harán daño?
¿Qué querrá decir Cristo cuando dijo, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres?  ¿Será que incluye ser liberados de una perspectiva incorrecta de este mundo y poder ver lo que Dios está haciendo y por lo tanto podemos estar agradecidos en todo?

Saturday, February 15, 2014

Resultados de la Ingratitud

Samantha Lamb, quien le donó uno de sus riñones a su esposo para salvarle la vida, dijo que si pudiera volvería atrás las manecillas del reloj y le donaría su riñón a una persona más necesitada, siendo que su esposo la dejó tres años después de la cirugía que le salvó la vida.

Andy Lamb estaba sufriendo de insuficiencia renal y estaba en tratamientos de diálisis cuando su esposa Samantha lo convención que aceptara uno de sus riñones, reportó la agencia de noticias News.com.au.

La mujer de 41 años se sometió a la cirugía de trasplante en Octubre de 2009 después de haber bajado de peso para continuar con la operación. 

Después que Andy de 45 recibió su riñón la dejo tres años después en agosto del 2012.  Una noche, mientras ella trabajaba Andy se mudó de su casa llevándose la TV y el estéreo dejándole las llaves pero sin ninguna nota o carta de explicación. 

Ella dice que el matrimonio empezó a desbaratarse cuando su esposo la empezó a engañar con una de sus amigas.[1]

Pudiera ser que historias como estas son extremas, pero lo cierto es que la ingratitud se muestra de manera continua a nuestro alrededor y lo más seguro es que en nuestras vidas también.  Según el Diccionario de la Real Academia ingratitud es " desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios recibidos. (Dicionario de la Real Academia 22a edición, 2001 ).  Ejemplos de esto lo vemos cuando los hijos se quejan de la comida que se les pone en la mesa en vez de estar agradecidos que hay algo que comer.  Nos quejamos porque no tenemos ropa nueva que lucir para la fiesta o la boda cuando tenemos el armario lleno de ropa que aun sirve muy bien. Envidiamos al amigo que se compro un coche nuevo o una computadora con las últimas innovaciones, y la lista continúa.

Pero lo peor de todo es que como el hombre en la historia, somos mal agradecidos con el Dios que nos dio la vida cuando estábamos condenados a muerte.  En su gran misericordia él dio su vida por nosotros para que nosotros pudiéramos vivir por él. Al principio puede ser que nos hayamos sentido muy afortunados y agradecidos pero con el paso del tiempo nos olvidamos de él y cometemos adulterio espiritual amando más las cosas de este mundo que a su creador y como colmo de males ni agradecemos sus bendiciones con que nos colma todos los días.

Será tan serio este asunto o será algo que podemos pasarlo por alto escudándonos detrás de frases como “la carne es débil y vivo en un mundo imperfecto,” o “Dios sabe que en realidad le agradezco las cosas importantes.”  A mi parecer es algo de grave importancia que como creyentes seamos agradecidos con Dios en todo y por todo porque la ingratitud tiene consecuencias graves.  En contraste la gratitud como veremos más adelante es una característica del carácter de un hijo de Dios.

En la epístola de los Romanos Capítulo 1 nos dice que uno de los primeros pasos en la degradación del hombre es que no reconocieron a Dios ni le dieron gracias. "Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido." (Romanos 1:21)

Si seguimos leyendo este capítulo primero de Romanos vemos descrita toda la degeneración que encontramos en nuestros días.  Vemos cosas como la idolatría, la falta de moralidad sexual y pudiéramos añadir un sinfín de males que aquejan a nuestro mundo.  Las consecuencias de la avaricia que se palpan día a día en la pobreza de aquellos que sufren porque los que tienen poder y dinero quieren más tienen su raíz en la falta de gratitud por lo que Dios ya les ha dado.  Que tanta de la corrupción que se ve estrangulando a nuestro mundo no tiene su raíz en la ingratitud aun al nivel de la tienda de la esquina que vende kilos de 800 gramos.  Cuanto del maltrato del prójimo no se ve auspiciado por la ingratitud.  Nos aprovechamos de los más débiles que nosotros, sean nuestras esposas, nuestros hijos, el vecino, el que trabaja bajo mi mando porque no estamos satisfechos con lo que Dios nos ha dado queriendo más y más.

No es entonces algo de qué preocuparnos.  ¿Será tan inofensiva entonces la ingratitud?

Sin embargo, el cuadro que hemos pintando aun no está completo. Los matices en ocasiones se vuelven más negros y sombríos.  La ingratitud puede resultar en una vida desenfrenada y degenerada. Cuando el hombre se olvida de Dios y le deja de reconocer como tal, no mostrando su agradecimiento por sus bondades, puede entregarse a la búsqueda de aquello que Dios nos ha “negado”.  No agradeciendo la bendición de los placeres que Dios ha puesto a nuestra disposición, el hombre se entrega a la búsqueda de placeres ilícitos como el materialismo, las drogas, el sexo fuera del matrimonio o entre personas del mismo género.  No solo se complace en ellos sino también en aquellos que las practican no importando el dolor ni el daño que le causen a otros.  Ejemplo de esto lo vemos en el trafico de humanos con la finalidad de satisfacer el placer de aquellos que buscan placer sexual sin compromiso.  Lo vemos también en hijos desatendidos porque papá y mamá quieren tener una casa más grande o un coche más nuevo.

En otros casos la falta de agradecimiento se vuelve en amargura.  Cuando el hombre no agradece las bendiciones de lo que Dios le ha dado su enfoque se puede volver hacia lo que siente que se le ha negado.  Este fue el caso de Eva en el huerto del Edén.  Estando rodeada de miles de árboles frutales por instigación de Satanás su mente se enfocó en él único fruto que se le había negado.  En vez de agradecerle a Dios tan grande bendición de tener un sinfín de frutos apetecibles se sintió menospreciada por Dios porque no le quiso dar acceso a divinidad que Satanás le prometía que sería suya si lo comiera.

Cuantos en este mundo no viven en las mazmorras de la amargura pudiendo sentir el soplo refrescante de la bendición divina y la luz de su sol amoroso que nos rodean en un raudal de bendiciones diarias como la vida, la familia, el alimento y tantas otras cosas no contando las bendiciones espirituales.  Está gente se encierra en prisiones de su propia hechura cuando se enfocan en algo que sienten que se les haya negado sea la distinción o la muestra de amor que se le otorgó a otro en su lugar o aquella cosa material que nunca ha podido adquirir porque Dios no se lo ha dado.  También se puede manifestar porque alguien le ha despreciado o hecho algún mal cuando ellos merecen algo mejor y no toman en cuenta todas las bendiciones inmerecidas que Dios ya les ha otorgado.  No perdonan a otros ni a Dios estas “injusticias” y se vuelven amargos.

Otros en su ingratitud se vuelven orgullos y altivos.  Se olvidan de dónde proceden las bendiciones de las cuales están gozando. Cristo habló de ellos en la historia que relató del fariseo y el pecador que fueron a orar al templo. El fariseo viendo al pecador le da “gracias” a Dios que no es como otros que son pecadores.  Creyéndose ser los autores de su propio bien, como este fariseo, hay aquellos que se enorgullecen.  Creen que su propia fuerza e inteligencia son el origen todo lo que tienen y por lo tanto no agradecen a Dios.  Si es así entonces que hay que agradecer a Dios.  Sin embargo, no se detienen a pensar que si no fuera porque las misericordias de Dios son nuevas cada mañana no estarían gozando de la vida que llevan.

Que tanto se requiere para que uno pierda la salud o el uso de los miembros de su cuerpo.  Solo requiere de contacto con algún virus o algo similar para que uno pierda para siempre la salud.  Solo se necesita de un borracho detrás del volante y estar en el lugar infortunado para que haya una colisión y uno quede paralítico para siempre.  Cosas como estás se dan todos los días y pensamos que si nos va bien es porque nosotros somos los autores de nuestro propio mundo y de nuestro destino y ¿en qué resulta?  En la falta de gratitud que nos aleja de Dios.

Si somos gente “digna de alabanza” o de “admiración” solo es por la misericordia.  ¿Quién nos dio la bendición de nacer en la familia que nos formó, nos dio las oportunidades que tuvimos para avanzar en este mundo, nos permitió vivir en un país donde pudiéramos gozar de oportunidades que a otros se les niegan, o aun de tener lo mucho o lo poco que tenemos?  Solo Dios pero aun así nos lo queremos atribuir nosotros.

Las rutas a la ingratitud son muchas y las consecuencias son numerosas pero no se nos olvide que todas son peligrosas por más inocentes que parezcan.  La única manera de evitar estas trampas es aprender a ser agradecidos aun en lo más mínimo.



[1] “ ‘Ungrateful’ British hubby dumps wife three years after she donates kidney to him.” Indiatoday. http://indiatoday.intoday.in/story/husband-dumps-wife-three-years-after-she-donates-kidney-to-him/1/340358.html. (accesado 15 de febrero de 2014.)

Saturday, October 12, 2013

Por Qué Celebro la Vida y No el Día de los Muertos

                 

Por Qué Celebro la Vida 

y No el Día de los Muertos

¿Ataco o propongo?

Estamos llegando a las fechas en que los Cristianos se empiezan a preocupar por la celebración del día de Halloween y del día de los muertos.  La pregunta obligada es ¿Cómo cristiano participo en estas "costumbres culturales" y permito que mis hijos participen?  La pregunta es buena y la respuesta es necesaria en razón de que la presión para participar se encuentra  más y más fuerte.

Para empezar pensemos sobre lo que los medios de comunicación y las entidades educativas nos están diciendo en cuanto al día de los muertos:  Es una tradición ancestral y por lo tanto como Mexicanos debemos participar.  A la vez estos mismos medios critican la celebración del Halloween porque es una celebración importada y muy comercializada y como Mexicanos debemos conservar nuestras raíces culturales.

Por una parte tienen razón en que lo distintivo del Mexicano se pueda ir perdiendo por la globalización que se está viviendo en nuestros tiempos y en la que muchos distintivos de las distintas culturas se está perdiendo.  La juventud se deja llevar por nuevas ideas porque se ven atractivas sin medir las consecuencias ni entender como el adoptar una nueva costumbre afecta nuestra cosmovisión.

La pregunta entonces es ¿ataco la festividad nada más porque esta mal o propongo una alternativa distinta basada en una nueva manera de pensar?  Creo que como cristianos tenemos la obligación de advertirles a la gente el pecado que existe en celebrar algo que no está de acuerdo con el mensaje bíblico. Sin embargo, a su vez debemos enseñar que es lo que en si nos enseñan las Escrituras en las que se basa toda nuestra fe.

Toda costumbre está fundamentada en una cosmovisión

Para empezar tenemos que entender que toda costumbre es parte de una cosmovisión. Las costumbres, ritos, y diversas prácticas en una cultura derivan de una cosmovisión.  Como tal las prácticas o costumbres tienen un valor ético partiendo de su significado dentro de la cultura donde existen, porque no existen en un vació.  Puede ser que ciertas prácticas que en un tiempo tenían un significado determinado con el paso del tiempo cambien porque la cultura en la que se encuentran cambia o porque la cultura que las adopta le da un nuevo significado.

Pensemos en un ejemplo:  la costumbre de celebrarle los tres años a un niño en la parte central de México. Habiendo nacido en otra parte del territorio Mexicano me ha llamado la atención esta costumbre.  Tengo más de diez años preguntando porque se celebra de manera especial esta edad con una misa especial y luego un banquete sin que nadie me pueda decir por qué.  Tiene que haber una razón en sus raíces pero se ha vuelto costumbre sin significado especial más que como todos lo hacen y lo hicieron mis antepasados lo sigo haciendo.  En este caso tal costumbre carece en la mayoría de los casos significado y parece no ser más que pretexto para festejar.

No así las costumbres del día de los muertos.  Estas costumbres tienen sus raíces en las antiguas culturas de México que en años atrás se mezclaron con las nuevas costumbres impuestas por la religión que impusieron los conquistadores.  El día en si está establecido por la Iglesia Católica Romana pero las costumbres difieren de lugar en lugar dependiendo de las culturas ancestrales que reinaban en la antigüedad en esas regiones.

En sí se celebra el retorno de los fieles difuntos a la tierra de los vivos en ese día especial.  Aunque la creencia varía de lugar en lugar el trasfondo es que en ese día el portal entre el lugar de los muertos y el de los vivos en esta tierra se abre.  Estas costumbres aunadas a las costumbres de Halloween que son costumbres de esta misma celebración pero de la cultura Celta  están basadas en una cosmovisión que no concuerda con las Escrituras.

Enseñanza bíblica sobre los muertos

Según las Escrituras cuando una persona muere va a uno de dos lugares dependiendo de cual era su relación con Dios a la hora de la muerte.  Pero no importando, su estancia en ese lugar es estable.  La persona muerta ya no tiene acceso a este planeta a menos que sea por un milagro específico de Dios.  No hay día en que pueda regresar a visitar a sus seres queridos.

Cuando el hijo de David y Betsabé murió por juicio de Dios, David dijo lo siguiente: "Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver?  Yo no voy a él, mas él no volverá a mí." 2 Samuel 12:23.  En otras palabras no habría un 2 de Noviembre en el cual él podría convivir con su hijo ni su hijo con él. El Señor Jesucristo apoya esta verdad cuando narra la historia del hombre rico y el mendigo Lázaro.  Jesús cuenta que los dos mueren y estando en tormento el rico le dice a Abraham:  "Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama...una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento."  (Lucas 16:22-28).  Si los muertos tienen acceso a este mundo no podría comunicarse el rico con sus hermanos mediante alguna persona que tiene contacto con los muertos o en el día de los muertos.  Lo que está diciendo Jesús es que los muertos ya no tienen contacto con este mundo.

Otra cosa que las Escrituras nos enseñan es que los muertos existen en un estado en que lo que esperan a continuación es el juicio de Dios.  Ya no hay nada que pueden hacer que no hayan hecho en vida.  "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). Esperan la resurrección según haya sido su relación con Dios en esta vida "y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación"
(Juan 5:29).

Como vemos la observancia del Día de los Muertos obedece a una cosmovisión contraria a las Biblia y la revelación que Dios quien conoce todas las cosas nos ha dado.

 Enseñanza sobre ritos de genero religioso

Una vez volvemos a las Escrituras para ver que nos enseñan sobre ritos de genero religioso.  Según la Palabra de Dios no se le debe rendir culto alguno a ninguno sino a Dios.  Este es el mandamiento numero uno en los Diez Mandamientos (Exodo 20:3).  Cristo más adelante lo dice de esta manera: "Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás" (Lucas 4:8).

¿Por qué menciono esto en relación a la observancia del Día de los Muertos?  La razón es la siguiente, aunque la gente no dice que adora a los muertos ¿cómo es que observan el día?  Lo hacen con altares y ofrendas.  Altares y ofrendas de esta naturaleza solo se usan en ritos de adoración.  Los altares son los lugares donde se hacen sacrificios o se ofrecen ofrendas a los dioses.  Entonces si ponemos un altar y hacemos una ofrenda floral, alimenticia, de ropa, licor, etc. ¿qué es lo que estamos haciendo?  No es estos una adoración y sólo a Dios se le debe adorar.

Pero dejemos a un lado ese argumento.  Veamos lo que dice Deuteronomio 18:11-12:  "ni encantador, ni adivino, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.  Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti".  No contiendo que se esten consultando a los muertos pero si se dice que ellos regresan y disfrutan de su estancia con sus seres queridos.  La gente va al panteón para convivir con sus seres fallecidos, y si solo se hace por costumbre y no por esta creencia.  La pregunta es ¿por qué entonces escoger este día en que tiene este trasfondo en la mente de muchos y es la creencia popular.  La avivación de estas costumbres constantemente regresa al significado original. ¿He de comprometer mi fe con la participación de una costumbre que va contraria a mi fe en Dios regulada por la Palabra de Dios, la Biblia?

Como hijo de Dios si no creo que los muertos tienen acceso a este mundo y no creo que debo de venerarlos porque sólo Dios merece tal honor entonces por qué participo.


Celebro la Vida

Este año mi padre falleció.  Mi esperanza es que él esta en la presencia de su amado Señor.  "Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor" (2 Corintios 5:8). Ese fue su deseo y ese según las Escrituras fue su suerte porque puso su confianza enteramente en la obra salvadora del Señor Jesucristo.  (Juan 3:36).  Él está gozando de la vida, una vida plena con su Señor.

En vez de celebrar la muerte de mi madre, padre, y hermanos difuntos escojo celebrar la vida porque mi Dios es un Dios de vivos y no de muertos. "Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos." (Marcos 12:27).



Thursday, April 4, 2013

Una Razon para Dar Gratitud


Una de las razones Para agradecer a Dios es por su presencia. En el Salmo 75:1 nos dice que debemos estar agradecidos porque él esta cerca. ¨¨Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas.¨ ( RVR60). el creyente esto tiene un significado muy distinto que para el incrédulo.
Para el creyente la cercania de Dios incluye sunpresencia en su vida. Para el Dios no esta cerca como una presencia exterior, como un amigo que viaja al lado nuestro en el camino de la vida. La trinidad en su plenitud mora en el (versiculos). Cristo dice en Juan XX estare con vosotros y estare en vosotros.
Para el incrédulo, y aquí incluimos a los que profesan creer en Dios pero que son incrédulos en el sentido en que no le ha creído a Dios lo que el ha revelado acerca de si mismo
Su presencia, nos podremos imaginar que seria vivir sin la cercanía de la presencia de Dios. Piense en el grito de Jesus en la cruz, Dios mío, dios mío por que me has desamparado? Aun el inconverso no sabe lo que es vivir separado de Dios. Aun aquí en esta tierra vive con la presencia de Dios, no en su vida, pero sí en su derredor. Goza de la gracia común. El vivir separado de Dios será el infierno (1 tes. ?)
Por lo tanto, cuanto mas nosotros que nos decimos ser portadores de la naturaleza divina casa de Dios, y templos del espíritu santo, no deberíamos agradecerle a Dios la manifestación de su gracia.
Seremos tan merecedores de la presencia de Dios en nuestras vidas que no le agradecemos el hecho de que se haya dignado morar en nosotros. Imaginese por un momento que la reina de Inglaterra decidiera visitar su país y al estar concretando los planes para su visita le dijera al mandatario de su país. "Le agradezco mucho los planes y preparativos que han hecho para hospedarme en su residencia, pero tengo planes de quedarme con Juan Perez. Hace algunos años vino a verme al palacio de Buckingham y me invito para quedarme en su casa cuando fuera a visitar su país. Cómo podré decirle que no podré hospedarme con el si con tanta insistencia y amabilidad me invitó. Cree usted por u. Momento que un dignatario de esa estatura se dignara llegar a su casa y decidiera quedarse el resto de su vida.? Ni por un momento! Entonces por que nonos causa asombro que el Dios del universo se dignara hacer de su cuerpo no solo su morada sino su templo? Piensa usted por un momento que su vida, su cuerpo, que usted usa para hacer cosas que a el no le agradan, que lo usa para ir a sitios que dudablemente le placería estar a Dios, es un lugar digno de la majestad eterna, del Dios santo creador de toda hermosura, del cielo?
Entonces por que se ha humillado Dios a vivir en usted. La unica explicación que las escrituras nos dan es porque el en su gracia desea compartir su presencia con nosotros. Desde el principio, en Edén, Dios se acercó al hombre y se paseaba con el en lo fresco del día. Aun en su estado perfecto Se lo merecía el hombre? Como? Si era un ser creado por Dios ! Era polvo! Que tenia el, aun cuando era la corona de la creación, para recomendarlo con el Ser perfecto en todos sus atributos, el eterno, el todopoderoso, que no necesita de nada fuera de si mismo para mantenerse satisfecho? Si Adan, en su perfección no era digno, ¿quienes somos nosotros?
No sera entonces eso motivo suficiente para agradecerle a Dios su presencia y cercanía a nosotros aún cuando no exista ningún otro beneficio recibido de él.
¿ Que pasara, o que consecuencias se vivirán si vivimos desagradecidos con Dios y no le agradecemos su presencia y cercanía?

Sunday, March 17, 2013

El Sacrificio de Cristo


Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: 
Elí, Elí, ¿lama sabactani? 
Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 
(Mat 27:46)

La siguiente porcion escrita por Russell Bradely Jones tomado de su libro Oro de Golgota  (Gold from Golgotha) publicado en 1945 por Moody Press  en su cuarto capítulo me fue de bendición y lo comparto con ustedes para su propia reflexión.  

Me disculpo de antemano que la traducción ha sido rápida por falta de tiempo pero creo que el mensaje se ha de entender y espero si Dios me da tiempo algún día revisarlo con más atención.  Así es que habiendo dicho esto prosigamos.

I. El Sacrificio de Cristo

Estamos en terreno seguro cuando decimos que esta cuarta palabra desde la cruz nos permite penetrar de la mejor manera en el sacrificio que Jesús hizo por los pecadores.  El se sumergió en el mero corazón de las "tinieblas de afuera".  Su terrible agonía corporal fue escondida de los ojos profanos.  Nadie miro las convulsiones físicas del sufrimiento vicario.  Pero su grito huérfano nos dice todo lo que necesitamos saber.

Por una parte nos dice algo sobre la distancia que el viajó para salvar al hombre.

Los escritores inspirados nos aseguran que este Salvador comenzó su jornada en busca de los perdidos --  dese el trono celestial mismo, y él no alcanzó su necesidad y la mía ¡hasta que llegó al lugar de desamparo divino!  Sólo allí, en la oscuridad externa del olvido de Dios, pudo el Viajero Celestial alcanzar su destino final.  Todo el tiempo Él estuvo consciente que ese era su destino.  Deliberadamente el partió hacia esa meta.  El no fue sorprendido, ni se volvió de un camino derecho que le guiaba del trono al pozo.

La Palabra declara esta verdad de muchas maneras.  Es tan importante que no debe pasarse por alto ni mal interpretarse.

En la ceremonia levítica, cada israelita había visto el pecado del pueblo simbólicamente puesto en la cabeza del macho cabrío expiatorio que después era arriado al desierto desolado.  Ese era un cuadro del Salvador cargando los pecados del mundo al olvido agonizante de la condenación de la divina justicia.  ¡Jesús es nuestro macho cabrío expiatorio!

En el evangelio según San Lucas hay una hermosa historia del Buen Pastor buscando la oveja perdida.  No muchos de nosotros vemos en este cuadro más que el Pastor regresando con la oveja maltratada en sus hombros.  Pero el punto culminante de la parábola es el punto donde Él encontró la oveja.  Ese fue el lugar del cuerpo maltratado y sangriento del Pastor.

Pero nadie de los redimidos nunca supo
Cuan profundas aguas fueron las que se cruzaron
Ni que tan oscura la noche
Que el Señor atravesó
Antes que encontrara Su oveja que había perdido.
- Elizbeth C Clephane. (Traducido)

Pablo en Filipenses 2:5-8 nos presenta un cuadro de esta jornada.  De acuerdo a la traducción Weymouth:  "Desde el principio Él tenía la naturaleza de Dios.  Aun así Él no consideró su igualdad con Dios como cosa de la cual el se debía aferrar.  No, el se despojó a si mismo de Su gloria, y tomo sobre si la naturaleza de un siervo al hacerse hombre como otros hombres.  Y siendo reconocido como verdaderamente hombre, Él se humilló a si mismo y se dignó morir y aun siendo muerte de cruz." (traducción mía)

Puede ser que II Corintios 5:21 lo hace aun más gráfico.  "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."  Los que conocen de retórica nos dicen que "por nosotros lo hizo pecado"  es una figura de dicción llamada una metonimia.  El significado no es que lo hizo ser un sacrificio por el pecado, ni un pecador, sino el representante del pecado.  Como explica Vincent, "Sobre él, de manera colectiva cayeron las consecuencias del pecado en su sufrimiento de 'tal contradicción de pecadores contra sí mismo,' "  (Heb 12:3) (Vea Word Studies in the New Testament, Vol. III, p. 321)

Pero  no perdamos de vista el significado de ese versículo.

Nombre sus pecados uno por uno:  fornicación -- Dios hizo de Jesús el representante de eso y ¡lo aplastó!  Inmundicia -- Dios hizo de Jesús el representante de eso y ¡lo aplastó!  Lascivia -- Dios hizo de Jesús el representante de eso y ¡lo aplastó!  Idolatría, hechicerías, enemistades, contienda, celos, iras, disensiones, divisiones, partidos, envidias, borracheras, orgías, y tales cosas -- Dios hizo de Jesús el representante de eso y ¡lo aplastó!  Tal declaración deja la mente exhausta.  Piense en reunir todo el pecado de la humanidad en un sólo montón.  ¡Que horrenda masa de maldad! Jesús descendió para representar esa masa horrenda para que Dios la pudiera borrar en una condenación comprensiva y suficiente.  Y nunca se nos olvide que no fue suyo propio, sino la masa de corrupción tuya y mía con la cual él mismo se identificó y por la cual sufrió.  No es de sorprenderse entonces que salió tal grito por sentir el desamparo divino en ese sacrificio.  Él no tenía obligación de hacerlo.  Él sólo lo hizo por amor a nosotros.
A medida que Jesús viajaba por la tierra, extendió una invitación amplia a los pecadores, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mat 11:28)
¡Vengan publicanos! ¡Vengan prostitutas! ¡Vengan blasfemos! ¡Vengan homicidas! ¡Vengan pecadores! “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” (Juan 6:37).   "

"¿Quiso Jesús decir que él personalmente sufriría toda la agonía que ellos merecerían en el castigo de sus pecados?  ¿Quiso él significar que él mismo soportaría la tarea humanamente imposible de sufrir una infinita carga de pena en un período finito de tiempo?" (Chirst Crucified de Schilder.)  ¿Quiso él decir que él sufriría el castigo eterno por la culpa de todos los pecadores en el tiempo comprimido de la cruz?  ¡Sí, eso fue lo que quiso decir!  De la misma manera en que la justicia exigía que ellos sufrieran hasta el fin de la eternidad, ahora demandaba que él sufriera la infinita carga de agonía.  Ser desamparado por ]Dios describe esa pean infinita.  Cuando el gritó, "Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has desamparado?  Mi infierno, y su infierno estimado lector, todos los infiernos de todos los pecadores culpables estaban quemando su fuego sobre él.  Él pagó el precio, no por si mismo, sino por cada uno de nosotros de manera individual, personal, y en particular.




No los clavos, sino su maravilloso amor por mi,
Mantuvo a mi Señor en la Cruz del Calvario
¿Qué poder pudo detenerlo allí --
Todo mi pecado y vergüenza para cargar?
No los clavos, sino su maravilloso amor por mi. 
Autor Anonimo


II. El Tormento del Infierno

Un ministro en una ocasión estaba predicándole a un a congregación de pescadores ingleses.  Su tema era la Justificación y él estaba intentando que quedara claro y se entendiera la obra de Cristo en la cruz.  Hizo una pregunta, "Ahora, podrá alguien decirme en sus propias palabras, ¿Qué fue lo que el Señor Jesús hizo en la cruz?"  Un pescador viejo, con lagrimas en sus ojos, miró al predicador y le contestó, "Hizo un intercambio conmigo."


Si, una vez el grito solitario de Emanuel ha sacudido el universo -- 
Subió solo, sin echo, "Mi Dios he sido desamparado"
Subió de los labios del Santo rodeado de su creación perdida
Entre aquellos de los perdidos, ningún hijo debería usar esas palabras de desolación.
Elizabeth Barrett Browning

En la agonía de Jesús, entonces tenemos una indicación gráfica de la naturaleza del tormento del infierno.  Si él estuvo allí en mi lugar, como mi representante, obrando a mi favor, entonces la agonía que el aguantó en el proceso sustitucionario es la agonía que yo debo soportar en el infierno si rehusó que el me sustituya.  Sus dolores, su grito de soledad, su agonizante pregunta desde la cruz son, después de todo, las manifestaciones proféticas de lo que les aguarda a los pecadores destinados a la condenación eterna de su culpa a la que no han renunciado.

Será entonces para nosotros de interés ver este tormento, no en un espíritu de curiosidad morbosa, sino para que seamos advertidos de lo que significa rechazar el medio de escape que él nos ofrece de todo esto. Es muy probable que él permitió que ese grito escapara de sus labios con este mismo propósito.

El sufrimiento físico de la cruz sólo era un símbolo de algo peor. La oscuridad puede ser que haya sido enviada para esconder esto con el fin de que nadie se equivocara en pensar que el sufrimiento físico era toda la agonía que se había de sufrir por el pago del pecado.

Visto del punto de ventaja de lo que sufría Cristo, el tormento del infierno tiene dos aspectos:

La primer aspecto de su tormento se ve sugerido en el grito del Salvador, "¿Por qué?"  Por qué es el enigma de una situación sin esperanza.  Es la pregunta de un corazón confuso.  Es la indicación que problemas insuperables envuelven a la mente.  La mentalidad no puede ver a través del laberinto.  Aquella parte de la personalidad que controla la acción, el sentimiento, el deseo, se ve desorganizado y la pregunta para siempre sigue sin contestar.  Ninguna voz del cielo o de la tierra se ofrece para desenredar la maraña.  La existencia ha de existir por siempre siendo un enigma que no se resuelve, como una pesadilla atormentadora que nunca encuentra el alivio de una amanecer refrescante.  Esa es una parte del infierno que los no salvos tendrán que sufrir.  Jesús quiere que lo veamos.  Por esta razón lanza su enigmático "¿por qué? contra el cielo endurecido.  Nada ocurre más que el echo  -- ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?

El tormento de mental es mucho más serio que la agonía física y hay abundancia de comprobaciones que una mente cansada, distraída, desorganizada es una de las consecuencias del pecado.  Los psicólogos descubrieron eso hace mucho tiempo. 

El segundo aspecto de la agonía del infierno que aquí se demuestra se ha de ver en las palabra del Señor "desamparado".  Desamparado es una de las palabras más tristes en cualquier idioma.  En el griego se compone de tres palabras: dejar, significando abandonar; abajo, sugiriendo derrota o impotencia; y en, refiriéndose al lugar o circunstancia.  "El significado total de la palabra es el acto de abandonar a una persona en un estado de derrota o impotencia en medio de circunstancias hostiles." (Bypaths in the Greek New Testament, por Kenneth S. Wuest, p.87)

Durante todo su ministerio Jesús había sabido lo que era ser desamparado.  Muy temprano los miembros de su familia lo dejaron,  Nazaret, su pueblo de nacimiento, lo abandonó. La nación que él vino a salvar lo desamparó, En la cruz, sus discípulos lo abandonaron.  En cada instancia él podía ir en busca de la tierna, sanadora comunión de su Padre celestial.  En cada instancia -- ¡hasta ahora!  Ahora, Dios se aleja de él.  Retira la luz del sol.  Retiene su consejo amante.  Le niega su presencia.  No me pida que lo explique.  No puedo.  Es un misterio.



Por continuar


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Sunday, January 6, 2013

Una Teología de Gratitud

Una Teología de Gratitud


Se cuenta la historia de una mujer soltera que tuvo un hijo a quien amaba grandemente.  Se sacrifico para darle la mejor educación posible.  Trabajó horas largas y logró mandar a su hijo a una prestigiosa escuela de derecho donde estudió sacándose buenas calificaciones y consiguiendo un buen puesto en un bufet jurídico.  El día de su graduación su madre plancho el mejor de sus vestidos, ya de años pero todavía servible, y fue a la graduación.  Tuvo que buscar su propio asiento porque su hijo se había ocupado con su novia y no le puso atención.  Durante la ceremonia la madre lloraba de contenta y se reía pensando en lo que había logrado para su hijo.  Al terminar la ceremonia con dificultad se acercó a su hijo a quien todos felicitaban por los honores que había alcanzado en sus estudios.  Varias veces intentó conseguir la atención de su hijo pero este no le hacía caso.  Por fin uno de sus amigos le pidió que reconociera a la mujer que tanto le estaba tratando de saludar.  Él volteándose y viéndola le respondió a su amigo, "A, ella es la sirvienta de la casa."

Pudiera ser que historias como estas son extremas, pero lo cierto es que la ingratitud se muestra de manera continua a nuestro alrededor y lo más seguro es que en nuestras vidas también.  Según el Diccionario de la Real Academia ingratitud es " desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios recibidos. (Dicionario de la Real Academia 22a edición, 2001 ).  Ejemplos de esto lo vemos cuando los hijos se quejan de la comida que se les pone en la mesa en vez de estar agradecidos que hay algo que comer.  Nos quejamos porque no tenemos ropa nueva que lucir para la fiesta o la boda cuando tenemos el armario lleno de ropa que aun sirve muy bien. Envidiamos al amigo que se compro un nuevo carro o una nueva computadora, y la lista continúa.

En Romanos Capítulo 1 nos dice que uno de los primeros pasos en la degradación del hombre es que no reconocieron a Dios ni le dieron gracias. "Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido." Romanos 1:21

Esto se entiende como natural entre los que no reconocen al Dios Todopoderoso como su Dios; pero ¿qué de los que dicen reconocerle como el Dios que les ha salvado, no sólo de una condenación eterna sino también de una vida vana y sin sentido; como el Dios en quien confían como su constante protector y quien bendice día a día sus vidas; como el Dios a quien profesan ser su Padre y a la vez amigo?  Digo esto porque toda ingratitud en últimos términos es una ingratitud hacia Dios.  Cuando no agradezco lo que mis padres han hecho por mí no estoy agradeciendo a Dios quien me dio de manera especial a mis padres y quien les dotó de lo necesario para proveer para mi sustento y bienestar.  De igual manera cuando no agradezco a Dios cosas tan sencillas como ese platillo que no se me apetece pero que se me ha puesto por delante para satisfacer mi hambre y el sustento para mi cuerpo y además reniego que no haya algo mejor que comer, no estoy agradeciendo a Dios quien todo provee para mi bien.


El apóstol Pablo por inspiración del Espíritu Santo nos manda: "Dad gracias a Dios en todo."  I Tesalonicenses 5:18.  Este es un versículo que cuando era adolescente lo escribía en cuadros que se vendían en una librería cristiana, pero que con el paso del tiempo he ido entendiendo 
la profundidad de lo que comprende más y más .  Haciendo memoria es interesante recordar que escribía la primera parte del versículo porque se acomodaba más fácilmente a los cuadros pero dejaba fuera lo más importante de este pensamiento: "porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús."  ¡Esta es la voluntad de Dios! Decimos tantas veces que queremos conocer la voluntad de Dios pero no hacemos caso a lo que Dios ha declarado tan claramente ser su voluntad: ser agradecidos con Dios en todo.

No pretendo entenderlo del todo ni haberlo aplicado como Dios lo espera, pero ha sido uno de los propósitos de mi vida aprender a ser agradecido.  Por lo mismo he pensado mucho sobre este asunto y me he propuesto estudiar que es lo que la Biblia dice sobre la gratitud.  


Creo que es un tema apropiado para nuestros tiempos y para la iglesia porque la iglesia se ve infectada por la misma ingratitud que se ve en el mundo y se manifiesta a menudo en el diario vivir de la iglesia.  Esta ingratitud genera descontentos que paralisan la obra de la iglesia y que tienen como resultado un avance muy lento de la obra de la iglesia.  Nos ciega al mundo que se muere sin Cristo y nos enecierra en nuestro propio mundo en el cual actuamos de manera mezquina negándoles la oportunidad a otros de conocer al Dios bondadoso, misericordioso, y lleno de gracia porque con la boca predicamos a este Dios pero con nuestras acciones lo negamos.  El mundo al vernos cree mas a nuestras obras que a nuestra boca y por lo tanto no se acercan a Cristo para recibir su amor y perdón.


Otro sintoma que se ve en la iglesia por la falta de gratitud es una doctrina predicada o por lo menos vivida que dice que me merezco más que lo que Dios me ha dado.  De manera formal se predica como el evangelio de la prosperidad.  La predicación de las buenas nuevas que toda persona que se acerca a Dios y llega ser su hijo ha de vivir como rey.  Las buenas nuevas que se anuncian a un mundo de gente infectada por una necesidad insaciable de adquirir cosas materiales que Dios esta a su disposición de satisfacer todo deseo de lo mejor de las cosas que este mundo puede ofrecer.  Como dije se predica de manera formal o se vive de manera práctica evidenciada por oraciónes que solo buscan satisfacer nuestras necesidades física de salud, finanzas etc. y se preocupan muy poco por aquellas cosas que son de valor eterno o que son de interés al corazón de Dios.  Todo esto es una manifestación de ingratitud, porque no estamos contentos con lo que Dios nos ha dado.  No que Cristo no nos haya enseñando a orar por el pan de cada día, sino que oramos por la carne azada y por el manjar para el mes entrante.  Ni tampoco porque Dios en su gracia en ocasiones da más que lo muy necesario, sino porque se manifiesta más bien una actitud de insatisfacción cuando Dios decide no dar más que lo que nos ha prometido que es el pan de cada día. 

Creo por lo tanto que si vivieramos en verdad vidas agradecidas, no solo de palabra sino de hecho entonces otros serían los resultados en el crecimiento hacia la madurez en nuestras vidas y otros que no conocen de nuestro maravilloso Dios y Cristo se sentirían atraídos a este Dios a quien servimos.  Además, como hijos de Dios viviríamos una vida más abundante porque veríamos, en todo lo que nos rodea, sea bueno o sea malo la misericordiosa mano de nuestro Dios que nos guía día a día en pastos delicados y junto a aguas de resposo.  Disfrutaríamos de la vida que Dios nos ha dado en vez de estar añorando una vida que nunca tendremos hasta que estemos en su presencia y la cual Dios no nos ha dado en este mundo.


En razón de esto y muchas otras cosas que se podrían decir, veamos lo que las Sagradas Escrituras nos dicen sobre la gratitud y el agradecimiento.


La Necesidad del Agradecimiento

Ya hemos visto algunas razones que vemos en nuestro derredor del porque necesitmos ser agradecidos, sin embargo veamos que nos enseñan las Escrituras sobre la necesidad del agradecimiento.

En primer lugar, como ya mencionamos rápidamente al comienzo uno de los primeros pasos en la degradación del hombre es que el hombre empieza a no reconocer a Dios ni darle gracias como dice en Romanos 1:21: "Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envaneceiron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido."

Cuando el hombre deja de darle gracias a Dios pasan varias cosas.  Primero se desocupa de él.  ¿Como ha de buscar el hombre a Dios si no reconoce su bondad y misericordia?  Si al ver a su alrededor no ve evidencia de la infinta bondad de Dios en hacer llover sobre justos e injusto, si no reconoce que es Dios que da la fuerza para hacer riquezas (Deuteronomio 8:18) entonces sucederá lo que dice en el versículo anterior.  El hombe se atribuirá a si mismo el estado de su propio bienestar: dirá en su corazón "Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza." (Deuteronomio 8:17)  o, si no se lo atribuye a si mismo, se lo ha de atribuir a otra fuerza o dios que no es el mismo Dios creador del cielo y la tierra Jeremías 44:17, Oseas 2:5 (1). Vemos por lo tanto que cuando el hombre deja de ser agradecido con Dios y por ende con los que lo rodean, se va alejando de Dios.  No tiene necesidad de Dios,  Dios no figura en su vida.

En segundo lugar, cuando el hombre se vuelve ingrato tiende a amargarse cuando percibe que otros reciben la benidción de Dios aun cuando en su propia vida hay numerosas manifestaciónes de la bondad de Dios.  Cristo ejemplifica esto en la parabola conocida como el hijo pródigo.  Cuando el hijo pródigo regresa a casa después de haber malbaratado su parte de la herencia y su padre lo recibe con los brazos abiertos, su hermano el mayor se enoja.  ¿Como puede su padre hacer fiesta para el hijo que desperdició lo que él con tanto trabajo se había ganado? y lo peor de todo núnca ha hecho nada por él -- su hijo obediente, su hijo responsable, el que siempre ha cuidado de los bienes de su padre y ha trabajado duro para incrementar sus bienes.  Es interesante lo que el padre le contesta.  Todo lo que tengo es tuyo.  ¿Por qué protestas?  Nunca te he negado nada, tu no lo has tomado.

El hombre ingrato se ve reflejado en la actitud de este hombre y también en la actitud de Coré.  Coré era de la tribu de Leví.  Una tribu que recibió la bendición de ser escogidos como los que cuidarían del tabernáculo y las cosas sagradas.  Vivirían de las ofrendas de sus hermanos.  Ellos tenían la distinción de poder acercarse a las cosas santas y ayudar en los sacrificios, de enseñar la ley de Dios como ninguna otra de la tribus podrían. (Numeros 16:9) Pero Coré no se contentó con esto.  Se amargó porque no ocupaba el puesto que tenía Aarón como sumo sacerdote ni como Moises a quien Dios había escogido para hablar directamente con él.  Juntó gente que le apoyará y terminó por decirle al lider que sin duda había sido escogido por Dios.  " ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?" (Números 16:3).  La amargura y falta de gratitud hizo que este hombre se levantará contra la voluntad misma de Dios.

No sólo resulta la falta de gratitud en una vida de amargura, sino que puede llevar a una vida que se va degenerando.  Cuando el hombre no agradece a Dios sus multiples bondades sino se atribuye a si mismo las bendiciónes que recibe de Dios entonces se vuelve soberbio.  Una vez ensoberbecido abre la puerta a un sin fin de males.  El caso clasico que vemos en las Escrituras de esta degeneración es el caso de Sodoma y Gomorra.  Cuidades enriquecidas por su ubicación en un valle de la más fértil.  Pero que dijo Dios de ellos.  "He aquí que ésta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso." (Ezequiel 16:49)  Y como sbemos de la historia en Génesis 19 su maldad llegó a una degeneración implacable.  Lo interesante es que este versículo de Ezequiel es un juicio sobre Israel, porque ellos también se habían olvidado de la bondad de Dios y se habían degenerado a tal grado que terminaron por adoptar la religión abominable de los baales.

Esto no será el resultado en todos.  No todos los que se vuelven ingratos hacia Dios terminarán en una degeneración tan pronunciada.  Pero todos se alejarán a Dios y se expondrán al peligro de terminar muy lejos de Dios.  Una vez que la barca no se ve sujetada al muelle y se deja a la deriva uno nunca sabe a que distancia de la costa correrá ni que peligros sufrirá.




 Resultado de la ingratitud. Ezequiel 16:49  






Hasta que no entendamos el porque de la necesidad de ser agradecidos con Dios no podremos ser del todo y completamente agradecidos con Dios. Digo esto porque es fácil ser agradecido con Dios cuando las cosas van bien y cuando Dios de alguna manera nos bendice de acuerdo a lo que nosotros consideramos bendición, pero ¿qué pasa cuando la bendición de Dios se manifiesta en disciplina? "Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo aquel que recibe por hijo." Hebreos 12:6

Cuando la Biblia habla de disciplina en este versículo usa una palabra en el griego que se refiere al proceso de entrenar a un niño, de instruirle y enseñarle. Puede que sea con castigo o con amonestación. De esta manera algunas bendiciones de Dios se presentan en formas que para nosotros no son agradables pero que a su tiempo producen gozo (Hebreos 12:11). Es por esto que en todo debemos ser agradecidos como nos dice el apóstol Pablo porque en verdad esta es la voluntad de Dios y es por eso también que es necesario saber en que verdades mostradas en la Palabra de Dios se cimienta esta necesidad.

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Vemos que es el producto de una decisión.  



Cuando Dios hace algo por uno de sus hijos, el resultado debería ser la gratitud.  David fue ejemplo de esto.  Cuando Dios le libró de la mano de Saúl el entonó un canto de alabanza y gratitud a Dios:  2 Samuel 22.  Dios años atras le habían mandado ungir como rey no porque él así lo quisiese sino porque era parte del plan de Dios.  Sin embargo esta decisión de Dios le causó a David un sin fin de problemas porque el que estaba sentado en el trono no vió esto con agrado y por lo tanto persiguió por años a David buscando matarle sin causa.  David pudo haberse amargado contra Dios pero vemos lo contrario.  Cuando por fin en su tiempo Dios traje paz a su vida, David agradece a Dios sus multiples bondades que vivió durante esos años de prueba.

Si Dios está en control de nuestras vidas y nos cuida, suple nuestras necesidades, y nos colma de bendiciones asegurando que todas las cosas nos ayuden a bien entonces la respuesta lógica y la cual también encontramos en las escrituras es que le demos gracias a Dios, que haya gratitud en nuestras vidas.  En los Salmos en seis ocasiones se nos insta a alabar a Dios porque Él es bueno: Salmo 92:1; 106:1; 107:1; 118:1 y 29; 136:1.  En todos estos casos en la versión del Rey Jaime (KJV) se traduce dar gracias.  Esta palabra en Hebreo puede traducirse de las dos maneras y van muy de la mano.  Es imposible alabar o aclamar a Dios por su bondad si no estamos agradecidos y si estamos agradecidos una de las maneras más apropiadas para expresar esa gratitud es alabando a nuestro Dios por su bondad.  Pero a lo que quiero llamar la atención en estos casos es que se nos insta a expresar nuestra alabanza en gratitud por su bondad.  En otras palabras requiere de una decisión mía.  Tengo que decidir expresar esa gratitud.

Hay gente que recibe muestras de la bondad de otros, se les trata con algún favor inmerecido y nunca se toman el tiempo ni la molestia de agradecer a la persona que les ha hecho bien.  Nosotros como humanos somos iguales con nuestros Dios y aun siendo hijos de Dios puede ser que esto no cambie mucho.  Recibimos día a día sus bendiciones y hemos recibido el regalo tan grande de la salvación pero no somos tan gentiles como para aragdecerle a Dios sus multiples bondades.  Por mera costumbre agradecemos a Dios por los alimentos en la mesa pero luego nos quejamos porque no nos gusta o quisieramos otra cosa.  Nos da salud para desempeñar nuestras labores y no se lo agradecemos pero luego cuando nos enfermamos y Dios no nos restaura nuestra salud de inmediato renegamos con Él.

(1) haciendo referencia a la cultura religiosa en la que se prostituía la gente con los sacerdotes y sacerdotisas en la religión de los baales para lograr la fertilidad de la tierra y por lo tanto el pan.

Es algo que debería hacerse en público y ante los que aún no conocen a Dios.  2 Samuel 22:50

Veamos lo que las Escrituras nos enseñan sobre este tema. 
Veremos que en el caso de Pablo la gratitud siempre fue dirigida hacia Dios.   I Cor 1:4  I Tes 1:2
La graditud se da a través de Jesucristo. Col. 3:15-17
La persona puede ser agradecida con Dios en toda circunstancia porque Dios es soberano.(Marvin Williams, Give Tanks, Our Daily Bread Vol. 57  Octubre 22, 2012,  RBC Ministries, 2012.)
Resulta 
       en paz cuando lo incluimos en nuestras oraciones.  Phil 4:6-7; 1 Timoteo 2:1
       Cuando oramos por la obra de Dios resulta en gratitud de otros.  2 Cor. 1:11

Cuando 
     Siempre  I Tes 5:17
      
Razones para dar gracias
       Por su santidad  Sal. 30:4  97.12
       Por su bondad   Sal. 92:1; 106:1; 107:1;  118:1 y 29; 136:1
       Por que él está cerca  Emanuel   Sal 71:1
       Por los beneficios recibidos Jer 30:19 (el regresa a su pueblo a su tierra)   ejemplo Daniel pide sabiduría y Dios se la da (Daniel 2:23)

Alabanza
      parte de la alabanza que le damos a Dios  Sal. 26:7

Sacrificio  voluntario
      Lev. 7:12, 13, 15; (Todah)

     Todah -- confesar, dar gracias 
        Lev. 22:29;  2 Cron 29:31;  33:16;  Neh 12:27, 31, 38 40

     Sal 50:14; 69:30; 95:2; 100:4; 107:22;  116:17;  147:7; Isaias 51:3; Jer 30:19  Amos 4:5;  Jonas 2:9

Eucaristia
     Hechos 24:3;  I Cor 14:16; 2 Cor 4:15; 9:11, 12;  Efesios 5:4; Fil 4:6;  col. 2:7; 4:2;  I Tes 3:9  II Tes 2:1;  4:3, 4;   Apoc 4:9;  7:12

Charis
      Lucas 6:32, 33, 34   2 Cor. 2:14;  8:16; 9:15; I Peter 2:19

Pablo Menciona dar gracias 35 veces
y otras cosas más.

Aun continuar
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Wednesday, May 4, 2011

Sin esperanza y Sin Dios


    Estas palabras, “sin esperanza y sin Dios” nos hablan de la condición en la que se encuentra la mayoría de la gente en México.  Por eso estámos como estamos.  Es de esperarse que la condición de nuestro México cambie mientras esto no cambia.
    Nos reímos de los chistes en cuanto a la corrupción en México.  Nos estremecemos por la violencia y vivimos en temor.  Pero ¿porque tanta corrupción? ¿Porqué tanta violencia?
    Pongámonos a pensar.  ¿Qué esperanza tiene la gente más allá de las cosas de este mundo? Si lo único que tengo es lo que tengó aquí.  Si no hay esperanza más allá de la muerte, entonces lo lógico es hacerme de todo lo que pueda traerme “felicidad” ahora.  Qué importa lo que le cueste a los demás. En los pocos años que la persona tiene para vivir en este mundo hay que asegurarse de vivir bien o mejor que antes y disfrutar de lo que este mundo ofrece.  La violencia, a mi parecer, es sólo una manera más agresiva de conseguir lo que la currupción siempre ha conseguido.  Y ahora gente que antes no tenía acceso a las riquezas y a los placeres de este mundo lo tienen por medio de la violencia.  Es más rápido conseguir un carro último modelo si me lo robo que si poco a poco le voy robando a mi patrón o por medio de sobornos consigo un buen puesto en el gobierno o en la empresa.
    En está condición desesperanzada nos encontrabamos todos.  Puede ser que no llegamos a participar de la corrupción descarada. Pero de alguna manera pusimos nuestras esperanzas en lo que este mundo ofrece.
    Según Efesios 1:17 Pablo ora para que los creyentes en Éfeso sean alumbrados por Dios para que conoscan “cual es la esperanza a que él nos ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.”
    Lo triste es cuando los creyentes viven como si no tuviésen esperanza de algó más que lo que este mudno ofrece,  cuando vivimos como si sólo lo de este mundo importara y participamos en las prácticas corruptas de este mundo para conseguir lo que de otra manera no se puede conseguir,  cuando en la iglesia se manejan pótliticas y manipulaciones para conseguir lo que queremos
    Pero en Cristo hemos sido cambiados.  Ya no somos ciudadanos de este mundo. Somos ciudanos de un nuevo reino. Nos regimos por otras leyes más áltas que són de Cristo porque estamos en Cristo.  Nuestra mirada no debe ya estar en las cosas de este mundo sino en las cosas celestiales.  Si nos vemos tentados a sentirnos atrapados en la “carestía” en la que vivimos, recordemos que este mundo no es nuestro hogar.  Somos herederos en Cristo de riquezas y de una vida que ninguna mente humana se puede imaginar.  Nosotros no vivimos sin esperanza y sin Dios en este mundo.  Tenemos esperanza y tenemos a Dios.  Que no vivamos de esta manera es triste.
    ¿Qué sería de mi si en todo momento viviera conciente de que mi esperanza no está puesta en lo que veo aquí? ¿Qué sería de mí si el reconocimiento, que de alguna manera todos deseamos, la busco en Dios y no de los que me rodean, ni en el trabajo, ni en la iglesia?  ¿Qué sería de mi si todo lo que importara sería vivir según lo que mi cabeza, que es Cristo, me esté dictando?

    ¿Cambiaría mi iglesia? ¿Cambiaría mi vecindario al ver lo que Dios hace en un hombre? ¿Habría más poder de Dios en mi vida para cambiar mi mundo?

    Tantas preguntas que puede ser que nunca hemos de contestar porque no nos atrevemos a quitar nuestra mirada y esperanza de las cosas que nuestros ojos ven.